sábado, 25 de abril de 2015

María Montessori y la pedagogía científica

Maria Montessori

Maria Montessori fue la primera mujer médico de Italia y en 1996 consiguió su doctorado. Fue complicado para ella acceder a la carrera de medicina debido a las condiciones sociales de la época por las que no querían aceptar mujeres. Sin embargo contó con el apoyo de sus padres que le pagaron la carrera para que pudiera estudiar lo que quería. Su madre la apoyó sin reservas y aunque su padre era más reacio, no tuvo problemas con su decisión.

Al acabar la carrera, Maria Montessori empezó a trabajar en una clínica psiquiátrica con niños. Fue allí donde comenzó a darse cuenta de que muchos problemas de los niños no eran psíquicos sino pedagógicos y decidió hacer pruebas. Así, en 1907 fundó la primera escuela en Italia para niños en la cual podían explorar sus conductas y realizar lo que les gustara o motivara, convirtiéndose la profesora en una mera observadora.

Empleaba su educación científica para observar al alumno y conocer mediante la observación y el método de prueba y error, las materias que le motivaban. De esta manera descubrió que el niño es capaz de entender todo y afrontarlo, que la mente de un niño es infinita y que absorben consciente e inconscientemente, e hizo una de sus mayores aportaciones con las etapas del desarrollo.

El aula de la Escuela Montessori estaba dividida en secciones. Cada materia tenía un sitio definido en el aula que además contaba con materiales acordes al tamaño de los niños como sillas o mesas pequeñas. Ella creaba juegos específicos, y daba asignaturas asociadas a la vida social. En sus clases había plantas, animales, aparatos curiosos, mapas… Todo ello con la finalidad de motivar al niño y que haga lo que quiera por si mismo. Además en las clases había niños de distintas edades para que los mayores colaboraran y se implicaran en la enseñanza de los pequeños.

En mi opinión tiene buenas ideas basadas en la observación que creo que son muy valorables en el desarrollo intelectual del niño ya que le hacen descubrir y probar cualquier materia aprendiendo por si mismos y sin verse dirigidos desde pequeños hacia una rama u otra sin haber explorado todas sus capacidades que es lo que pasa en muchas escuelas. Creo que es algo muy importante y necesario que el niño pueda explorar sobretodo en sus etapas iniciales en las que están más abiertos y pueden captar y aprender mucho más y más rápido. Sin embargo creo que esta metodología tiene pocas aplicaciones en la sociedad tal y como está organizada actualmente en la que el niño aprende para ser una pieza más de ella sin preocuparse tanto en lo que le gusta. No creo que esto deba seguir siendo así y creo que la gente se está dando cuenta que hay algo más a parte de ser un mero trabajador que no piensa y solo hace lo que le dicen, que no crea y no aporta nada creativo. Pero creo que en etapas más adultas del desarrollo debe haber más a parte de experimentar y debe estar más centrado hacia la sociedad en la que el alumno va a desarrollarse por lo que creo que la metodología de Montessori se queda un poco corta al crecer el aumno; es más válida con niños en sus primeras etapas.

Mapa conceptual: Modelo didáctico germinal


El modelo didáctico germinal o iniciativo

El modelo didáctico germinal surgió en el s. XIX en contra del modelo tradicional de transmisión-repetición. La gran diferencia con el anterior modelo y en lo que se basa este es que está centrado en el alumno y no en el profesor. A esto hace alusión Freinet (1975) cuando afirma que “toda pedagogía que no parte del educando es un fracaso para él y para sus necesidades y aspiraciones más íntimas” En el modelo germinal, el curriculum pierde importancia, cediendo el protagonismo a las destrezas y habilidades que adquiere el alumno mediante su participación activa. Los alumnos descubren por si mismos a partir de datos que el profesor proporciona, pero éste no resuelve los problemas si no que actúa de guía orientando y dando a los alumnos las facilidades para que estos resuelvan los diferentes retos que se plantean. Mediante este punto de vista, aprender sería un desafío a la inteligencia de los alumnos ya que con esta técnica se consigue que el alumno resuelva problemas reales mientras desarrolla habilidades y destrezas y ejercita por sí mismo un pensamiento crítico.

Tal y como defendía Bruner (2002) creo que el modelo tradicional no aprovecha toda la capacidad de los alumnos, que constantemente están recibiendo información, procesándola y organizándola en su cabeza. Es por ello que al hacer del aprendizaje algo activo en el que los alumnos no sólo reciben información sino que también la interpretan por si mismos para resolver problemas, se consigue que dichos alumnos estén más preparados para la vida real en la que se enfrentarán a situaciones en las cuales necesitarán valerse por si mismos y aplicar los conocimientos aprendidos para resolver  problemas que se les plantean y no memorizando datos. Bruner quería que el alumno fuera activo y protagonista del proceso de aprendizaje como determina el modelo iniciativo, en el cual tanto alumno como profesor tienen un rol determinado. El alumno, como he comentado es el protagonista del proceso, busca, organiza, estudia y aprende a resolver sus propios problemas, “el niño ensaya e inventa, aprende a aprender” (Piaton, 1989). El docente en cambio escucha al alumno, suscita su curiosidad, le ayuda a utilizar fuentes de información y le motiva. Al contrario que en modelos anteriores, el profesor no es autoritario y sirve como guía y tutor. El papel del libro al igual que el del  curriculum, pierde importancia en este modelo dejando paso a la curiosidad del alumno, y el saber está ligado a las necesidades de la vida.


Célestin Freinet

Un gran defensor de este modelo didáctico fue Célestin Freinet, quien defendía la importancia de que el niño sienta el valor, la necesidad y le de significado al trabajo que hace. Para Freinet, el proceso de aprendizaje se basa en la observación, la experimentación y la acción; y no en la razón como el modelo tradicional en el cual el alumno es un receptor pasivo de información y no se tienen en cuenta sus necesidades ni sus inquietudes. Esta misma idea queda muy bien resumida por Nieto (1966) cuando afirma que “lo importante es indagar cuáles son las necesidades primordiales del niño para, de acuerdo con ellas, elaborar el plan que debe seguirse”.

Así, los principios del modelo didáctico son que el conocimiento real es el que se aprende por uno mismo y que la capacidad para resolver problemas es la meta principal de la educación. Se debe fomentar que el alumno sea un individuo crítico y creativo que sepa organizar de manera adecuada toda la información recibida para saber cuándo utilizarla, otorgándole así confianza en sí mismo y motivándole a seguir descubriendo y aprendiendo.

Las técnicas que Freinet implementaba en el aula para conseguir estos principios y objetivos eran actividades que estimulan la experimentación, la libre expresión, la cooperación y la investigación del entorno. Algunas de estas actividades eran: el texto libre a partir de las propias ideas del alumno, que posteriormente se reunía en la revista escolar realizada colectivamente, las conferencias por parte de los alumnos en las cuales se expresaban, la biblioteca de trabajo a la que los alumnos podían acceder libremente pero que también se responsabilizaban de mantenerla ordenada y controlada, la asamblea de clase destinada a plantear problemas y buscar medios para su resolución, y la correspondencia escolar. Todas estas técnicas se basan en dar la voz al alumno a diferencia de las técnicas del modelo tradicional que se basaban en actividades memorísticas y en la repetición de datos proporcionados por el profesor.

Considero que si la educación se centra más en los alumnos y se preocupa de entender como aprenden y que es importante para su vida, mejoraría mucho el aprendizaje y el interés de los alumnos que verían como desarrollan su propio aprendizaje, como aprenden haciendo cosas útiles y pensando por si mismos. Creo que este modelo tiene unos principios muy básicos y completamente
válidos ya que desde mi punto de vista como alumna, recuerdo con más detalle aquello que aprendí o descubrí por mi misma ya que lo entiendo mucho mejor y la satisfacción de haberlo conseguido me motivó mucho más que haberlo escuchado de un profesor y memorizado. Creo además que el aprendizaje tradicional es muy autoritario en cuanto que es el docente quien imparte los conocimientos  que considera oportunos y el alumno no puede apenas cuestionarlos, sino memorizarlos sin poder razonarlos. Sin embargo creo que es muy difícil su puesta en marcha ya que tiene más trabajo tanto por parte del profesor como de los alumnos. El profesor debe saber dejar a los alumnos trabajar y no ser el protagonista pero sirviéndoles de guía y no dejándoles sin apoyo. No debe desentenderse por el hecho de no ser el centro de la clase y esto, creo, no todos los docentes lo entienden o lo consiguen. Así mismo, el alumno tiene mayor trabajo al tener que realizar por sí mismo la búsqueda de información y organización de los contenidos. Sin embargo creo que el mayor  cambio de mentalidad deben hacerlo los profesores que deben dejar de ver a los alumnos como algo inferior, o como recipientes vacíos que deben llenar y empezar a pensar que también pueden aprender de ellos.

Mapa conceptual: Krausismo en España


El Krausismo en España. Principios teóricos y seguidores


El Krausismo viene del pensador alemán Karl Christian Friedrich Krause (1781- 1832) que en 1811 escribió la obra Ideal de humanidad para la vida. Sin embargo, fue con la traducción, bastante libre y con algunos errores, en 1841 de la obra de Heinrich Ahrens Filosofía del Derecho (París, 1837) cuando los juristas de la época encontraron la doctrina política dentro del liberalismo que buscaban para iniciar una regeneración del país.

Fue Julián Sanz del Río quien lo trajo a España con un afán de sustitución de la filosofía tradicional y de renovación de la cultura y la vida nacional. El Krausismo en España se desarrolló sobre 1840 hasta 1939 y se encaminó hacia temas de filosofía práctica y pedagógica, pero fue en 1876 con la aparición de la Institución Libre de Enseñanza de Francisco Giner de los Ríos cuando se asentó con mayor fuerza el Krausismo en España.
 
Así, la Institución Libre de Enseñanza se convirtió en un establecimiento privado de enseñanza superior, con el fin de separarse de los métodos oficiales y el dogmatismo. Sobre esto dijo Ahrens (1837)  en su libro Filosofía del Derecho, que al Estado corresponde “garantizar libertad plena el desarrollo de las ciencias y de las artes, y no intervenir por sí en el movimiento interior de las doctrinas, de los métodos, del estilo, etc., ni con prescripciones ni con prohibiciones”. De esta manera el Krausismo tuvo una gran influencia ramificándose a distintos centros oficiales de enseñanza media y superior.

Los objetivos del Krausismo son principalmente la conciliación de los conflictos entre tradición y modernidad, y el intento de superar las “Dos Españas” planteando un modelo organicista estructurado en esferas. Para ello, el Estado, según los krausistas debe desarrollarse armónicamente entre individualismo y socialismo. Debe haber universalismo, es decir, abrir las fronteras a las corrientes culturales europeas para superar el atraso cultural español que veían en esa época. Por ello abogaban por reformar tanto al hombre como a la mujer, ya que defendían su igualdad, a través de la educación. Defienden en el hombre una seriedad intelectual que lo convierta en un ser humano ético. En cuanto a la religión, estaban en contra de la uniformidad religiosa aunque respetando las ideas, y a favor de un proceso de semisecularizacuón. Así lo describe Sanz del Río (1860) en su Sistema de Filosofía: “Dios es el todo de todos los seres particulares, es totalmente todo, absolutamente todo” (p. 424) Sin embargo, aunque esto se podría expresar como Panteísmo, según el cual “Todo es Dios y Dios es todo”, Krause lo define como Panenteísmo afirmando que “aún siendo Dios el todo de todas las cosas, éstas no son parte de este todo” por lo que la diferencia radica en el individuo.

Giner de los Ríos (izq.) y Krause (dcha.)


















La filosofía Krausista en sus implicaciones pedagógicas se basa en la libertad de cátedra y en la tolerancia académica, y pretende poner en contacto directo al alumno con la naturaleza y con cualquier objeto de conocimiento (clases experimentales, excursiones…) Todo esto lo llevó a la práctica la Institución de Libre Enseñanza cuyos principios se basaban en la formación como persona libre, en contra del sistema memorista. La educación activa en la que el alumno piensa y reflexiona por si mismo. Una educación integral para crear un hombre armónico, en plenitud de cuerpo y espíritu. Una educación en libertad en la que la libertad del alumno implica la responsabilidad de sus actos. Una educación neutra que implique un ambiente de tolerancia fuera de cualquier religión. Estaban a favor de una escuela unificada en la cual existiera un proceso gradual de educación en la que no se separe por etapas. Favorecían la coeducación, es decir, la no separación por sexos. Creían que la Institución era un complemento en la educación de casa, por lo que la familia influía en la educación del individuo y no estaban a favor del internamiento. Otras de sus ideas eran el rechazo a los exámenes como modo poco fiable de evaluación, la supresión de libros de texto, la limitación de alumnos por aula…  La Institución tuvo mucha influencia a lo largo de los años y en Filosofía del Derecho, Ahrens (1837) definió su labor como “educar al hombre en el conjunto de sus facultades principales, la voluntad, la inteligencia y el sentimiento o el corazón.” (p.656)

En mi opinión, el Krausismo tiene ideas en sí innovadoras para la época y la sociedad española y me parece coherente que se apueste por la cultura y métodos más experimentales alejados de doctrinas que no dejaban abrir la mente a nuevas ideas y perspectivas. Creo que todas las ideas que pretendían implantar, sin embargo, vieron limitada su influencia debido al contexto social en el que se desarrollaron. Aún así, viendo la situación desde la actualidad, me parece que su filosofía se pudo quedar estancada en la pedagogía sin llegar a todos los ámbitos de la sociedad necesarios para conseguir el cambio político y social que querían sus seguidores. Quizás veo los krausistas, no al Krausismo como corriente, un grupo de intelectuales liberales que querían mejorar culturalmente al pueblo para sacarlo de su atraso y eso los convirtió en una élite que influyó más en ambientes de enseñanzas medias y superiores que en la base de la educación, también debido al gran analfabetismo de la época. Probablemente por los cambios políticos posteriores y mi desconocimiento de la historia de la educación, no veo una continuidad en las ideas del krausismo hasta nuestros días pero reconozco que hay ideas del en la educación que o bien han perdurado o se han vuelto a implantar como la coeducación, las clases prácticas y el querer acercar la materia al alumno… creo, y es una pena, que en la actualidad, sin embargo, no hay aún una verdadera intención de que haya una gran relación directa del alumno con la naturaleza al margen de los libros y de conseguir que el alumno piense, reflexione por si mismo y se implique en la sociedad como pretendían los krausistas.